viernes, 9 de septiembre de 2016

Primeros días en los Pirineos-Lac d' Isaby

Dicen que para entras al cielo, San Pedro tiene que abrir sus puertas, aunque cruzando el Puerto de Monrrepós (Huesca), te quedas maravillado y alucinado de lo que tus ojos están viendo, el verdadero cielo, los Pirineos donde hay multitudes puertas para llegar.

Nosotros como siempre escogimos el Puerto del Formigal, para llegar a la frontera por el Portalet, donde el cielo cada vez está más cerca.


Tras disfrutar de sus 28 km. de bajada, aunque hay que decir que este año los verdes prados se encuentran más secos y tienen un color amarillento que no resalta la belleza de este puerto, pero sigue siendo un grande de los Pirineos que cada vez que lo cruzo me viene a la mente esas marchas de la Quebrantahuesos...

El segundo puerto del viaje, como no, el bello y majestuoso Aubisque, no hay palabras para ensalzar este mítico puerto...precioso, bello, señorial, etc, etc...había que hacer una parada obligada en su cima.




La carretera que cuelga, literalmente, de la montaña hasta coronar el Col du Soulor, te deja sin aire, espectacular, nunca dejo de maravillarme por muchas veces que la pase y si encima está repleta de sus habitantes naturales hace que sea un sitio idílico retrocedas en el tiempo muchos años atrás...






Es la primera vez que paso el Col del Aubisque sin niebla, raro, raro, raro...eso significa que el calor nos iba a acompañar durante todos los días. Coronamos el tercer puerto del día, el Col du Soulor, un abandonado del Tour, pero que tiene unas rampas muy generosas y de ahí a nuestra destino final.

Al segundo día de estar en los Pirineos franceses y una vez alojados en el camping Los Tres Valles, sitio estratégico situado en la localidad francesa de Argelés-Gazost y para soltar piernas tras el largo viaje, decidimos hacer una ruta de senderismo corta y cerca de donde estábamos alojados, íbamos a visitar el Lago de Isaby.


Para llegar subimos en coche un puerto mítico del Tour de France, Hautacam...donde en su asfalto y sus curvas se han visto grandes luchas de los guerreros ciclistas y en donde los cicloturistas hace que nunca se olvide que la carretera es nuestra, dando un colorido a las montañas pirenaicas, siendo un elemento más de la naturaleza.


Tendríamos que subir un kilómetro y medio más y para coronar el Col de Tramassel (1.635 m) y dejar el vehículo en el aparcamiento y desde ahí empezar nuestra ruta a pie, la cual está bien indicado con un  cartel, como es normal en los Pirineos franceses. Ya desde esta altura las vistas son inmejorables.



Teníamos que coger un camino que sale a la derecha de la carretera pero nosotros como auténticas cabras, subimos a "trotomocho" por el cerro y no dar la vuelta...uffff...300 metros verticales que hizo que las pulsaciones se pusieran a mil, los gemelos como piedras y el corazón diera horas extras....




Una vez arriba, el silencio se apoderó de nuestro cuerpo y solo tocaba disfrutar de la grandeza montañosa.



Cogimos, ahora sí, el camino principal que nos iba a llevar a una explanada donde también puedes dejar el coche y a la derecha sale el verdadero sendero que nos iba a llevar, sí o sí, al Lago de Isaby.

Ya desde lejos se divisaba sus aguas tranquilas rodeadas por sus picos guardianes. El sendero transcurre por la falda de la montaña. nada técnico ni peligroso, descendiendo poco a poco, siendo una ruta ideal para hacerla con niños.





La caminata se hizo muy amena, disfrutando del paisaje, de las vacas y de las águilas que volaban por encima de nuestras cabezas, estábamos en el paraíso y sin darnos cuenta llegamos a nuestro destino, un lago glaciar a 1.558 m.




Tras descansar un rato, refrescarnos en sus aguas frías y comer un poco, volvimos por el mismo camino, siendo una ruta lineal muy fácil, andando en total 7,5 km en 1 h. 59 m.


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