Para llegar al inicio, nosotros cogimos la primera entrada de la autovía a Nerja, para girar a la izquierda en la segunda rotonda (Nerja este) y a partir de ahí seguir las señales de los Cahorros (muy bien indicado) para llegar a un aparcamiento en una zona de chalet (c/ Mirto), donde puedes aparcar el vehículo (gratis) y desde ahí iniciar la marcha. Mientras esperábamos a Miguel Ángel y Manoli, dimos cuenta de un bocata para aumentar los depósitos de energía y prepararnos para la caminata.
Desde el aparcamiento hasta el inicio en sí de la ruta hay 1,2 km. aproximadamente, hasta llegar a una barrera y a una fábrica de luz, donde empezamos a pisar tierra y dejar atrás el hormigón. La primera impresión es de grandeza, un cañón bastante grande con una excantera a la izquierda y mucha, mucha vegetación a nuestro lado, de momento el agua escasea y solo se ve un hilo de agua...
Poco a poco la anchura del río se va estrechando como si las montañas se movieran y se comieran el cauce, por lo que el agua va aumentando, bajando cada vez más y mojándonos los pies un poquito más...
Poco a poco nuestros pies no iban a salir del agua, los árboles cada vez más se van acercando y las pozas van apareciendo para poder bañarte en aguas cristalinas, transparentes, donde el sonido del agua con sus saltos por las piedras hace que entres en otra dimensión...
Sin darnos cuenta, llegamos a la primera zona estrecha, los primeros Cahorros, precioso, espectacular, todo un prodigio de la naturaleza donde el Chillar es el dueño y señor, pasamos maravillados por este pasillo natural...
Maravillados y disfrutando del entorno, llegamos a la primera poza de identidad, donde nos dimos el primer baño...todo ello acompañado por los troncos que encuentras volcados en el trascurso del río, hace del lugar más bello todavía, mires donde mires, tus retinas se derriten por tanta belleza...
Seguimos subiendo y llegamos al lugar más mágico de la ruta, esta vez las paredes rocosas han ganado el pulso al Chillar, cerrándose hasta lo imposible, dejando un pasillo espectacular, solo quedaba pararse a escuchar el silencio y disfrutar....
Viendo los saltos de agua entre las piedras, con pasos algunos complicados, rodeados y observados siempre por los árboles, seguíamos subiendo, en ocasiones con el agua por los tobillos y en otras por las rodillas, lo que nunca cambiaba era el azul y transparencia del agua...
El bañarse en este lugar es como los emperadores en las termas, dioses entre este mundo verde...eso sí, el agua frío, nooooo.....lo siguiente.
Después de disfrutar del agua y comer un poco, empezamos a bajar, dándonos cuenta en ese momento que acertamos en empezar la ruta temprano, sobre las 09:15 h., porque subimos solos disfrutando de este lugar encantado y mágico y ahora subía medio pueblo y parte de España...uffff.
Así que mi consejo es empezar pronto, llevar buen calzado, hacer muchas fotos, no tirar basura y disfrutar de este rincón que la naturaleza nos ofrece para que los mortales podamos aprender que somos seres indefensos en manos de las fuerzas de la naturaleza.
Alguna foto más:
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