La salida fue desde Olvera, donde tras montar las bicicletas y hacernos una foto en familia, los hermanos Arcas, dieron el toque de humor y de buen rollo, ya que con sus vehículos con carteles de Director de prueba, sus respectivas banderas y megáfono incluido parecía que íbamos a empezar una etapa de la Vuelta España.
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| foto de salida |
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| junto a mi hijo |
Desde Olvera, pasando por los pueblos de Torre Aháquine, Setenil, Villalones y del Gastor, todo era tránquilo, rodando en grupo excepto la subida a Setenil, buen repecho que se aprovechó para medir fuerzas y los gallitos del día dejaron asomar sus crestas, personalmente intenté aguantar el ritmo de los primeros aunque tuve que descolgarme un poco, pero solamente un poquito...
Paco en la parada de Setenil tuvo que graduarme el cambio ya que me pegaba más saltos que "Chiquito", no era excusa para no estar entre los primeros, pero colaba...
La guerra empezaba a mascarse y el ambiente se caldeaba a la llegada de Algodonoles, donde empezaban a sonar los tambores de guerra, el primero y sin avisar fue Manolo "el sobrecillos" que salió unos minutos antes del avituallamiento, tras él íbamos un grupo numeroso Juan Carlos, Carrasco, Quintero, Daniel Sanabria, el Congui, el Folly, Camachito, el musculitos y alguno más que no recuerdo, pero claro está entre tanta gente, había que hacer limpieza y nada más pasar el pantano y girar a la izquierda y empezar de verdad el Puerto, primer arreón y al que suscribe le temblaron las piernas y dijo adiós, adios...
La carretera del Puerto era un rosario de ciclistas de color amarillo, cada uno a su ritmo, yo estuve un rato rodando con Miguel "el musculitos", pero pronto se quedó y practicamente hice la subida en solitario, disfrutando del paisaje y de la subida en sí, preciosa y expectacular para saborearla, muchas veces pienso que desaprobechado está este Puerto para la Vuelta de España, yo y en mis pensamientos me pasó Paco como un ciclón, a plato y tirando a muerte, después me enteré que llegó primero, eso si que es andar con la "flaca, igualmente a mitad de Puerto me adelantó el Arcas.
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| subiendo el Puerto de Las Palomas |
Una vez en la cima y con una temperatura ideal solamente quedaba dejarse caer hasta Grazalema, esta parte de la vertiente se llama el Puerto del Boyar, quedándome maravillado de ver un manto de casas blancas, charpicado por sus tejados que me quedé maravillado, bonito de verdad.
Después de guardar nuevamente las bicicletas y comer muy bien en el restaurante Mirador del Tajo, nos dimos un paseo por Grazalema, pos sus calles estrechas y blancas, muy bonito y digno de ver, al fin de todo mereció la pena rodar 73 km. por esta bella tierra y conocer uno de los pueblos más bonitos de la Sierra gaditana, lo peor aunque sin consecuencias que lamentar la caida de Gonzalo.
Fotos: http://www.cicloturismocordoba.com/
