miércoles, 24 de agosto de 2016

Cahorros del Río Chillar

Todo empezó muy pronto, de madrugada, sobre las 06 de la mañana del 15 de agosto nos levantamos para desayunar (un cafe), preparar las cosas e ir a recoger sobre las 06:45 h. a Jesús, Marisol y sus hijos para dirigirnos a la localidad de Nerja, pueblo de verano azul, aunque nuestro objetivo no era ver a Chanquete ni a Pancho sino ver una maravilla de la naturaleza que aunque pase el tiempo siempre estará ahí, espero....se trata de los Cahorros del río Chillar.

Para llegar al inicio, nosotros cogimos la primera entrada de la autovía a Nerja, para girar a la izquierda en la segunda rotonda (Nerja este) y a partir de ahí seguir las señales de los Cahorros (muy bien indicado) para llegar a un aparcamiento en una zona de chalet (c/ Mirto), donde puedes aparcar el vehículo (gratis) y desde ahí iniciar la marcha. Mientras esperábamos a Miguel Ángel y Manoli, dimos cuenta de un bocata para aumentar los depósitos de energía y prepararnos para la caminata.


Desde el aparcamiento hasta el inicio en sí de la ruta hay 1,2 km. aproximadamente, hasta llegar a una barrera y a una fábrica de luz, donde empezamos a pisar tierra y dejar atrás el hormigón. La primera impresión es de grandeza, un cañón bastante grande con una excantera a la izquierda y mucha, mucha vegetación a nuestro lado, de momento el agua escasea y solo se ve un hilo de agua...





Poco a poco la anchura del río se va estrechando como si las montañas se movieran y se comieran el cauce, por lo que el agua va aumentando, bajando cada vez más y mojándonos los pies un poquito más...







Poco a poco nuestros pies no iban a salir del agua, los árboles cada vez más se van acercando y las pozas van apareciendo para poder bañarte en aguas cristalinas, transparentes, donde el sonido del agua con sus saltos por las piedras hace que entres en otra dimensión...




Sin darnos cuenta, llegamos a la primera zona estrecha, los primeros Cahorros, precioso, espectacular, todo un prodigio de la naturaleza donde el Chillar es el dueño y señor, pasamos maravillados por este pasillo natural...




Maravillados y disfrutando del entorno, llegamos a la primera poza de identidad, donde nos dimos el primer baño...todo ello acompañado por los troncos que encuentras volcados en el trascurso del río, hace del lugar más bello todavía, mires donde mires, tus retinas se derriten por tanta belleza...




Seguimos subiendo y llegamos al lugar más mágico de la ruta, esta vez las paredes rocosas han ganado el pulso al Chillar, cerrándose hasta lo imposible, dejando un pasillo espectacular, solo quedaba pararse a escuchar el silencio y disfrutar....



Viendo los saltos de agua entre las piedras, con pasos algunos complicados, rodeados y observados siempre por los árboles, seguíamos subiendo, en ocasiones con el agua por los tobillos y en otras por las rodillas, lo que nunca cambiaba era el azul y transparencia del agua...










Tras casi 8 km andando por el agua y entre las piedras y superar el último tramo más complicado, llegamos al final de nuestra ruta, el vado de los patos, una poza de agua turquesa con una cascada de 3 metros que te hace un ser insignificante en la grandeza de la naturaleza.

El bañarse en este lugar es como los emperadores en las termas, dioses entre este mundo verde...eso sí, el agua frío, nooooo.....lo siguiente.




 Después de disfrutar del agua y comer un poco, empezamos a bajar, dándonos cuenta en ese momento que acertamos en empezar la ruta temprano, sobre las 09:15 h., porque subimos solos disfrutando de este lugar encantado y mágico y ahora subía medio pueblo y parte de España...uffff.

Así que mi consejo es empezar pronto, llevar buen calzado, hacer muchas fotos, no tirar basura y disfrutar de este rincón que la naturaleza nos ofrece para que los mortales podamos aprender que somos seres indefensos en manos de las fuerzas de la naturaleza.

Alguna foto más:







martes, 9 de agosto de 2016

Senderismo por la campiña

Este verano hemos decidido andar un poco y conocer paisajes y zonas de nuestra campiña montillana, auténtica desconocida pero muy bonita. Sabemos que no es un lugar montañoso,  no vamos a ver grandes alturas, bosques, ríos, etc...pero si vamos a disfrutar de cosas únicas en el mundo, mares de olivos, viñedos que parecen alfombras verdes y el encanto del sol andaluz, ¿ se puede pedir algo más?.

En junio decidimos visitar nuevamente el paraje del Cerro Don Juan, junto a mi mujer y dos amigas, Marisol y Manoli, para disfrutar de las vistas que ofrece este cerro mítico de la sierra montillana, andando ente olivos y viñas solo escuchabas el silencio, solo silencio roto por nuestros pasos, iniciando la marcha por el huerto de los Olivares, siguiendo el camino de la fuente El Cubo, cruzar la carretera y andar por el camino El Carril para subir a Cuesta Blanca y de ahí a nuestro destino, 638 metros de altura, volveríamos por Salinillas y Las Torres para realizar un recorrido de 17.18 km en 03:44 horas.


En Julio y para que no se olvide el camino, decidimos hacer la Batalla de Munda y así ver Piedra Luenga, símbolo y seña de nuestro campo montillano, una mole de piedra en la nada rodeado de viñas como si fuera el señor de la uva.

Andando temprano ya que el sol iba a darnos fuerte durante toda la caminata lo que no sabía que no iba a poder con nosotros, aunque el Cerro Toro y las subidas antes del Cortijo del Ejío iba a ponernos las cosas difíciles pero no imposibles, conseguimos ver y maravillarnos con esa piedra salida de la tierra como una flecha apuntando al cielo, orgullosa de ser un referente montillano.


Ese día el sol nos castigó de lo lindo y las piernas llegaron tocadas, aún así los 18.42 km. se quedaron en las 3:33 horas que tardamos en hacer el recorrido.

En Agosto dos rutas, casi seguidas. La primera con una buena caminata para visitar la Fuente de Los Soldados, pasar por la Fuente el caño, Lagar Blanco, el Cortijo de El Alcaide y llegar a esta fuente escondida en una dura subida. Mucha calor, demasiada....el final se nos hizo eterno, volviendo por la zona de Las Salinas, zona que las viñas se comen a los olivos, verde todo verde, un manto de naturaleza a nuestros pies...


Fuente el Caño


Fuente de los Soldados
 Prueba conseguida, viendo como la fuente de Los Soldados lucha contra el paso del tiempo, rodeado de olivos y junto a un cortijo abandonado y derruido, sigue con su agua, siempre saliendo, más o menos, pero siempre con un chorro de agua para el cansado caminante. Esta vez nos salieron 20.90 km. en 4 horas.

Por último fuimos a visitar los silos romanos, construcciones que datan del 45 a.c, pena que estén abandonadas y que nunca se haya realizado ningún tipo de excavación, ya que solo está visible varias estructuras de piedra con bóveda estando el resto enterrado.

Esta vez cogimos el camino de Castro para llegar al arroyo de la Carchena, totalmente seco...






Arroyo La Carchena
 El caminar entre viñedos es una sensación de que el tiempo no pasa, se ha estancado en el pasado, donde Montilla con su vino sigue viviendo, símbolo y seña de esta tierra, la uva, oro montillano que poco a poco se va quedando en un segundo plano pero que ilumina a esta tierra con ayuda del sol saliente.


Una vez llegado al paraje Las Cuevas, lugar donde se encuentran los silos romanos, sigo sin comprender como nunca se ha estudiado ni realizado ningún tipo de trabajo arqueológico en la zona, a lo mejor no hay nada pero a lo mejor si...Es una zona donde se realizó la Batalla de Munda, el imperio romano comandado por Cesar ganó a Pompeya y así dominar esta zona rica en agricultura, por eso el sentido de los silos romanos estructuras que servían principalmente para guardar y conservar cereales y todo tipo de alimentos.



silos romanos

Este día la distancia recorrida fue 18.45 km. en 3:28 h, tiempo suficiente para conocer nuestro entorno, nuestras vivencias y nuestra historia y si sumamos el bienestar del cuerpo donde la salud es lo primordial, hacemos un cóctel que intentaremos seguir repitiéndolo.