La semana siguiente de la Trail, me la he tomado sabática, sobre todo porque el lunes no podía andar, el martes andaba como un pato y hasta el viernes no se me quitaron los dolores de las piernas, vaya semanita de sufrimiento y dolor, bajar unas escaleras era como subir el Tourmalet con un 50x25.
Empezaba la última semana de marzo y me decidí salir a correr, así que el lunes por la tarde junto a Arturo, nos dimos una vueltecita, a un ritmo tranquilo, ya que él también está padeciendo de la rodilla. Terminamos corriendo 6,45 km. en 38 minutos, llevando un ritmo de 5:55 min/km. Lo importante es que las piernas las tenía en perfectas condiciones, comprobando que los dolores habían desaparecido y las buenas sensaciones vuelven a retomar el pulso.
Al día siguiente martes, esta vez con la bici y por la tarde, junto a mi cuñado Luis, hicimos Castro por lo blando, llevaba más de 20 días sin coger la bici, aún así el ritmo bastante bueno siempre pensando que el recorrido eran de pocos kilómetros, un total de 45,4 km. en 1 hora 38 minutos, a una velocidad de 28 km/h, llevando siempre las pulsaciones muy altas, mirar de altas que terminé con 150 pulsaciones de media.
El jueves aumentamos el kilometraje y la dureza del recorrido, nuevamente con Luis rodamos dirección Baena para subir por el Bejarano, llegar a Nueva Carteya y a Montilla. Hasta Baena a velocidad crucero llegando con una media de 30 km/h, pero nada más pisar la carretera del Bejarano, el que suscribe no pudo aguantar el ritmo de Luis, que veía como poco a poco se iba marchando, en estos sitios es donde se nota la falta de kilómetros encima de la flaca. El día terminó con 76,2 km. en las piernas en 2 horas 40 minutos a 27,4 km/h, lo mejor es la considerable bajada de pulsaciones, 136.
El sábado fue una prueba de fuego, esperando en Cirilo, se encontraba el Congui, Sergio, el Loquillo, el Quintero, Eloy, Dani, Luis y yo, saliendo a toda máquina, ni un momento de respiro, hasta la llegada a Aguilar no habíamos bajado de 40 km/h, subiendo Aguilar de la Frontera con una fuerza increible y claro está el que suscribe tuvo que bajar el ritmo y a mitad de subida me quedé, eso sí subiendo en todo momento a plato. Una vez arriba me esperaron Luis y el Congui y gracias a ellos me reincorporé nuevamente al grupo no sin antes darnos una paliza en su persecución, llegando a Monturque con 33 km/h de media, punto este de reflexión y Luis, el Congui, Dani y yo decidimos desviarnos para Cabra y subir a la Ermita, dejando a los "patas negras" con su ritmo endemoniado.
Llegando a Cabra nos encontramos a la grupeta del Polonio, los cuales iban también camino a la Ermita, así que medio juntos empezamos la subida. Ico y Rasero se unieron en la subida a nuestra grupeta, pronto el que suscribe iba a retirarse de la batalla y nada más pasar la gasolinera del Mojón, tuve que aflojar y poner mi ritmo, destacar que mi subida a la Ermita fue lamentable, me costó la misma vida, así que la primera subida del año no va a pasar a la historia.
Seguimos la marcha, dirección a La Valeriana donde mi cuerpo empezó a darme avisos de pájara, escalofríos y sudores aún mas fríos todavía, menos mal que Manolo me dio comida que me sintió como una cena colosal, pero no podía descuidarme porque el hombre del mazo estaba muy cerca.
Por último decir los buenos relevos que dimos los cuatro de Nueva Carteya a Montilla, siempre manteniendo la velocidad a más de 40 km/h. El día terminó haciendo 102.7 km. terminando muy cansado pero con muy buenas sensaciones, espero que empiece a coger hábito de salida.
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