Por tan solo 12 euros, desayuno, avituallamiento y comida final, junto con un regalito, pero lo importante fue el maravilloso día que pasamos recorriendo la sierra montillana, una auténtica y fabulosa desconocida para muchos.
En la salida, entre otros, nos juntamos mi hermano Antonio, paturro y mi cuñado Luis, más un amplio número de biker montillanos y alguno que otro de Baena, que se dejaron escuchar.
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| perfil de la prueba |
Al principio el terreno era favorable, hasta que pasamos por el Cortijo el Alcaide, donde el camino empezó a empinarse llegando como colofón la Cuesta del Soldao, dura muy dura, donde el que suscribe (me encontraba pletórico), tiró del pelotón, llegando arriba solamente cuatro biker y por detrás el grupo totalmente dispersado, pero una vez arriba, tocó reagrupamiento, ya que era un día festivo de la bicicleta y no una carrera, así que a beber agua y tomar aire, para ver las impresionantes vistas desde el mirador del Soldao.
La bajada , una trialera, técnica, peligrosa donde curva tras curva nos iba a llevar a la carretera del Llano, donde los más técnicos se dejaron ver, extremo éste que no es mi caso, así que atrás y a bajar tranquilito y con mucha precaución, tras rodar en grupo llegó nuevamente otra subida más tendida que la anterior, pero más larga donde nuevamente puse un ritmo para el que pudiese, viendo que igualmente al avituallamiento que se encontraba en la laguna natural, llegamos destacados otra vez cuatro.
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| foto de grupo |
Después de comer, beber y charlar un poquito continuamos con nuestra ruta, esta vez pasamos por el Corneta, la cuesta de los perros, el camino Las Flores, el camino Santa Brigida para llegar al camino de Aguilar, donde cogimos el camino de la derecha y bordear la roca, símbolo y nombre que da a este club, Piedra Luenga.
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| Piedra Luenga |
En definitiva el recorrido por la sierra de Montilla, siempre duro pero a la vez precioso, con sus cerros como castillos donde los olivos son sus guardianes, dejando por lo menos a mí maravillado de esta campiña, nada que envidiar a otras tierras y zonas más montañosas, cada lugar tiene su encanto y sus maravillas única de cada tierra.
Personlamente me encontré como una moto, rodando siempre en cabeza, terminando físicamente muy bien pero esto no era una carrera, sino un día de convivencia y disfrutar de este deporte que cada día hay más adectos.
PD: La organización un 10 y mi felicitación a mis compañeros de fatiga.
Fotos: http://www.elpozuelo.org/
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