miércoles, 4 de septiembre de 2013

Últmos días en Asturias

La semana se terminaba y quedaba poco para decir adiós a Asturias, pero aún quedaban dos cosas necesarias y obligatorias por hacer, la primera el descenso del río Sella; que día más bueno que echamos en familia, un descenso divertido y entretenido, donde Lucía y Carlos, disfrutaron de lo lindo, tirándose de la canoa cada dos por tres al agua, agua bastante fresquita y en donde los peces, al parecer salmones, nos rodeaban en todo momento.

El recorrido de 15 km. aproximadamente, empezaba desde la localidad de Arriondas y tras una breve explicación de como manejar la canoa, ponernos los chalecos salvavidas y los escarpines, fuimos directamente al agua, bajando por una rampa a toda velocidad, empezaba la diversión.



Como decía Carlos, los hombres contra las mujeres, así íbamos en las canoas, en un principio costó cogerle el tranquillo, pero poco a poco nos íbamos adaptando al agua y al final el río era todo nuestro, con sus aguas tranquilas, transparentes y algún rápido que otro fuimos bajando su cauce, remando con tranquilidad pero remando, porque remar hay que remar.







Había zonas del río donde era más profundo, pero no se trata de un río muy profundo, quedándonos algunas veces atrancados en sus piedras por no elegir bien el camino, ya que algunas veces tenías dos sitios para pasar.

Antes de salir, nos dijeron: "contar los puentes, teneis que pasar seis, y así sabreis cuanto os queda"; pues la verdad es que se hacían de rogar los puentes...ufff, al final se notaba el cansancio en los brazos y sobre todo Carlos que me decía cada dos por tres: "Papá rema tú, y yo descanso".

El recorrido fue precioso, parándonos de vez en cuando a comer, a bañarnos, etc...casi 5 horas dentro del río, pero se pasaron volando, no lo pasamos genial y los niños estaban encantados.

Decir que las mujeres ganaron a los hombres y Lucía controlaba la canoa como una campeona.







Quedaba el plato fuerte, la etapa reína, subir al Naranjo de Bulnes o Pico de Uriellu, esta vez la ruta de senderismo la íbamos hacer sin niños por el fuerte desnivel a superar, pero no la íbamos hacer solos, si no acompañados por mi primo David y Javi, gracias a ellos pudimos hacer la ruta, conocedores del terreno como si fueran del lugar y casi, porque a mi primo solo le queda empadronarse en Asturias.

Voy a empezar dando las gracias a Carolina, peli, etc...por quedarse en el camping con los niños, sin ellos no hubieramos podido hacer esta hermosa ruta.

Nos dirigimos en coche dirección Poncebos, para seguir por una carretera estrecha y empinada dirección a Sotres, donde nos desviamos en un camino de tierra, en un principio en bajada y tras pasar varias cabañas de pastores, seguimos por un camino en subida, tremendo, donde las curvas, muy cerradas, estaban cementadas por la fuerte pendiente, para llegar por fín a una explanada donde dejamos el vehículo, para empezar de verdad lo bueno.


En los extremos, David y Javi
Empezamos a andar por un sendero y como no subiendo, todo verde pero sin árboles y el sol daba de lo lindo, pasando por una fuente, rodeada de vacas, poco a poco y tras superar la primera pendiente íbamos a llegar al Collado de Pandébano, donde el paisaje y las vistas ya merece la pena acercarse al lugar.






Una vez en el Collado de Pandebano, cogemos un sendero a la izquierda, el cual en se pierde un poco por la alfombra verde que cubre la explanada y así dirigirnos poco a poco hacia la montaña, teniendo que pasar un grupo de cabañas (Terenosa), encontrándose igualmente un refugio y una fuente que echa agua a raudales.

Decir que desde el Collado, si queremos, cogemos un sendero que sale a la izquierda y te lleva hacia el pueblo de Bulnes y de ahí hasta el inicio de la Ruta del Cares pero eso será otro día.

Una vez pasado las cabañas, empieza un sendero en subida constante que nos lleva al Collado de Vallejo, donde las vistas son insuperables, maravillosas, quedando sorprendido de tanta belleza, da igual donde mires, al sur o al norte, donde la gran mole de piedra nos está esperando.









A partir de Collado Vallejo hay una bajada para situarnos en el eje del Valle que tenemos a nuestros pies y que sube desde Bulnes. A partir de ese momento todo sera subida hasta llegar a la Vega de Urriellu.

Este tramo que sigue a Collado Vallejo es algo más estrecho y contornea una fuertes pendientes como se puede apreciar en la foto contigua, si hay nieve o hielo hay que tener mucho cuidado pues son zonas de umbria y un patinazo tendria un fatal desenlace, camino con mucha piedra que nos iba a llevar directamente a la base de la gran piedra y a pies del refugio, teniendo tramos que andar por la nieve, todo una gozada. Una vez arriba, a disfrutar de las vistas y del Pico, un rato sentados tomando el sol y nuevamente volver por nuestros pasos, eso sí con una cosa más guardada en nuestras restinas y mente. Si vuelvo a Asturias, repito, una de las rutas de senderismo que más me han gustado y que más he disfrutado.












PD: Ha sido la primera pero no será la última.

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