miércoles, 20 de noviembre de 2013

MTB en estado puro...

Quien lo iba a decir, pedazo de ruta de auténtico MTB, que hicimos doce amigos por la sierra cordobesa, explorando nuevos caminos, por no decir que nos perdimos. Durante una hora estuvimos andando, sí...andando, monte a través buscando un camino que nos guiara a la civilización, así que si sumamos las 4 horas montados en el aparato infernal de dos ruedas, más la horita extra a pie, dio como resultado un cicloturista apajarado al que vino a visitar el hombre del mazo.

Bueno, voy a empezar desde el principio, tras caragr las bicicletas en nuestra querida Montilla, iniaciamos el camino hasta el embalse de Puente Nuevo, sito en Villaviciosa de Córdoba, una mañana muy fría, pero que combatimos con humor y con muchas ganas e ilusión de pasárnoslo como enanos.

 





Ante todo y antes de empezar a dar pedales, voy a nombrar a los heroes del día, David, Francis, Miguel, Joaquin, Pepe, Rafa, Mariano, Carrasquilla, Paulo, Pacopepe, Zafra y el que suscribe.

Iniciamos la diversión, pasando por la presa, viendo el embalse en todo su explendor, rodeado de montañas verdes, muy verdes...donde se respira naturaleza por todos los poros. Tras soltar unos metros de asfalto, pisamos la tierra, camino a la derecha y primera subida, despacito, hablando y disfrutando...pero...pronto iba a llegar el primer "bucle", idea de Francis; empezamos a subir una cresta, dura, subidón, subidón, camino estrecho pero muy bonito, rodeado de árboles donde empezaba a sobrar la ropa.







Tras el primer calentón, toco rodar un poquito, pero nada de descansar, porque empezamos una bajada con mucho socabón y piedra que nos llevaría hasta la misma agua del embalse, para seguir rodando en paralelo al mismo, viendo un paisaje espectacular, por senderitas estrechas y entre árboles, todo una gozada...







Se aproximaba el segundo "bucle", no sabíamos lo que nos esperaba, ¡ dios santo...!, subida dura, dura y encima bastante larga, sin ningún descanso, en donde la grupeta se hizo añicos y cada uno cogió su ritmo hasta la cima.








Siempre se sabe cuando se sube, se baja...y como no...para que esto no sea facil, por un cortafuegos que empezaba en el cielo y terminaba en el infierno.







Una vez abajo y contar nuestras peripecias, es decir, Carrasquilla se comió los matorrales, Miguel iba a lo loco y sin frenos, el que suscribe hizo un trompo y casi al suelo...menos mal que tenemos a Mariano que el tío va "sobrao" y nos saca las castañas del fuego, hay que ver como anda...y como todo no es dar pedales, tocaba almorzar.




 Volviendo a dar pedales, continuamos por senderitas, bordeando el embalse, encontrándonos el primer problema del día, Zafra rompió el núcleo y no pudo seguir, menos mal, que es un manitas y lo arregló... por lo menos para poder llegar al vehículo, lástima perdíamos a dos componentes, ya que Francis se quedó con él.

El resto seguíamos con la aventura y sin hacerle mucho caso al garmin de David...y así nos fue...tras subir un repecho, ¿ para donde vamos ?; ¿izquierda?, ¿derecha?...¡ por aquí...! y por ahí fuimos, perdidos durante una hora, andando entre árboles por el medio del matorral, sin ningún camino, monte a través, en busca del camino perdido...menos mal que con buen humor, se nos pasó rápido...eso sí el lugar precioso.

 






Cuando encontramos el camino, llevábamos 30 km. y nos quedaba la mitad...ufff...que embalse más grande; y el tiempo iba cayendo poco a poco. Ya sin dejar el camino principal, empezamos a rodar a buen ritmo, pero como toda salida de mountain bike, en menos de un kilómetro, tres pinchazos.

 


Seguimos el camino, hasta que llegamos a la cola del pantano, donde cogimos la carretera, el tiempo se nos echaba encima y decidimos dejar los 38 preciosos kilómetros de caminos, de naturaleza, de silencio y de aire puro para volver a la realidad y encontrarnos con el asfalto, el ruido, la contaminación y el ser humano.

 


Pasamos por Espiel y continuamos por la nacional, direción Córdoba, a un ritmo de "muerte", a hierro...hasta que llegó la subida de Villaharta, casi 4 km. de puerto, donde en un principio íbamos todos juntos, excepto David que se había quedado atrás...pero escondido en la cuneta estaba el hombre del mazo, con la mala suerte que me dio de lleno...ufff...me quedé sin fuerzas y con más pena que gloria, subí a mi ritmo, solo muy solo...y así llegué al punto de partida; reventado y sin un gramo de fuerza.

Para terminar y antes de poner alguna foto más, decir la buena grupeta que montamos, sorprendiendo la fuerza y lo fino que está Mariano, adelantándose para hacer las fotos, igualmente lo fino que se encuentra Pepe y sobre todo, la fuerza de voluntad de David que después de haberse roto el codo hace un mes, el tío se hace 65 km. como si nada.







Algún que otro video:





PD: Gracias a todo por haberme hecho pasar este día inolvidable.

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