Aprovechando que el 2 de marzo mi hijo Carlos no tenía colegio debido al puente del Día de Andalucía, decidimos...mejor dicho...decidí que era un buen día para coger nuestras bicicletas de MTB y dar una vueltecita por los alrededores de Montilla y así que conociera sitios que siempre escucha pero que no ve, así que era el día adecuado y preciso.
El día apetecía coger la bici, día soleado y con muy buena temperatura. Empezamos por el camino de Castro, para pasar el arroyo de la Carchena y llegar hasta la Fuente de Borbollón, termino municipal de Espejo.
Tocaba descansar un poco, beber un poco de agua y ver las ranas que hay en las aguas que se escapa de la fuente...
Decir que el sol estaba apretando de lo lindo, pero nosotros íbamos a lo nuestro, disfrutando del campo y de la bicicleta, viendo perdices, conejos, pájaros...
Así poco a poco llegamos al campo de tiro, cruzando la carretera y ver una edificación de piedra, ya derrumbada, circular y que por mucho que pregunto nadie sabe decirme lo que es...un cortijo, castillo, fortaleza, cuadra, etc...pero eso sí, de cerca está muy chulo y la imaginación se nos va por las nubes y pensamos que es un castillo...hasta escuchamos el rechinar de las espadas chocando entre ellas en una feroz batalla...
Sin darnos cuenta, las pequeñas piernas de Carlos llevaban 11 km y todavía nos quedaba la mitad de recorrido...
Tras dejarnos caer por la carretera, llegamos a la joya de la corona y a nuestro objetivo principal de la ruta, el castillo de Dos Hermanas...en este punto tú imaginación tiene que ser del 100%, para pensar que en el cerro que teníamos delante, antiguamente había un castillo, ya que quedan unas cuantas piedras, pero el lugar tiene mucho encanto con el arroyo pasando a sus puertas y la fuente a sus pies...
En este punto el calor apretaba de lo lindo e iba a ser un compañero de viaje insoportable, por lo que el avituallamiento líquido era constante. Tras comernos una barrita, cogimos el camino Duermas, dirección nuevamente hacia Montilla, notándose los kilómetros en las piernas de Carlos, sufriendo en los 3 últimos kilómetros...decir a su favor que eran todos para arriba y sobre todo que tiene 8 años y aún así la cuesta del cementerio la subió sin bajarse de la bici, comportándose como un campeón y haciéndome sentir el padre más orgulloso del mundo, terminando la ruta con 25,5 km....¡ casi "na" !...Solo decir a mi hijo: ¡ ole, ole y ole !.....
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