Estamos acabando el verano y septiembre es uno de los meses de cambio de ciclo tanto del tiempo como del pensamiento, mes en el que decides coger más la bici y empezar a entrenar más asiduamente, pensando que el calor se ha quedado atrás, pero este año el maldito calor con su jefe en el cielo, no nos quiere dejar, aún así las salidas se notan más frescas y apetecibles.
Estos primeros quince días he alternado la mountain bike con la carretera ya que el 16 de septiembre participaba en la XX maratón MTB de Los Pedroches, prueba del campeonato de Andalucía, por tal motivo me he pegado unas muy buenas palizas por la sierra montillana, que aunque no tengamos puertos, tenemos un terreno rompepiernas increible con unas subidas que quita el hipo a más de un pro.
El primer día de mes con la bicicleta de carretera y junto a unos cuantos amigos, nos hicimos 78,80 km. en dos horas y cincuenta minutos, sacando 27,8 km/h de velocidad media, llegando a Puente Genil, para desviarnos hacia Santaella, para vovler a Montilla, bordeando La Rambla.
El lunes, día 3 junto a mi amigo Miguel Angel, el cual está empezando a coger la bicicleta, le di un pequeño sofocón y sin mediar palabra y con unas cuantas salidas en bicicleta en toda su vida, nos hicimos la friolera de 77,34 km. de mountain bike, en cinco horas aproximadamente, llegamos a Monturque por el camino de la fuente del álamo, enganchando la vía verde por las Navas de Selpillar, para rodar por la misma hasta Cabra, donde subimos el camino Melero, el camino viejo de Cabra y descender por el camino del Gallo, para llegar a salir por el camino de la fuente del caño y nuevamente a nuestro templo.
Decir que se comportó como un campeón, aguantando todo el recorrido sin problemas, teniendo una progresión ascendente y teniendo conocimiento que cada día rueda mejor.
Llegó los días 10, 11 y 12, días de auténtico y puro mountain bike, siendo nuestro particular tríptico de alta montaña, días de dureza extrema en el que la fatiga y el cansancio se hacía notar en nuestros cuerpos.
El día 10 junto a mi hermano y carrasquilla, dimos las primeras pedaladas, subiendo a cuesta blanca por el camino del Laurel, enganchando el camino porras, siguiendo por el camino Borbón, dirigiéndonos poco a poco a la subida de los perros para bajar a la Vereda y subir por último el cerro Toro. Al final en 02:15 h. recorrimos 35 km. durillos.
Al día siguiente, junto a Carrasquilla, realizamos la etapa reina, un total de 48,4 km., rodando por la vía romana para subir Las Cumbres por una vereda preciosa, espectacular, parecía que nos habíamos trasladado sin saberlo a la sierra cordobesa, tanto por la belleza, como por la dureza, duro, duro...teniendo que poner pie a tierra los últimos metros de la subida. La próxima subida que se agarraba era el camino del Brillante y por último subir por un camino pegado a las viñas que desemboca en el lagar de Los Borbones.
Un recorrido rompepeirnas y precioso, realizado en 03:05 h. a 15,7 km/h.
Sin descanso nuevamente con Carrasquilla llegó el día duro de verdad, 32,93 km. sin un ápice de descanso, solamente era subir y bajar para volver nuevamente a subir. Primera subida, el camino de los Gallos, puerto de categoría especial por los menos, aunque esta vez la tierra nos ganó la batalla ya que los últimos metros los hicimos andando, mucha tierra suelta imposible de combatir. El segundo puerto considerado especial, la cuesta conocida como el Padre Nuestro, hormigonada...ufff!!!...como agarra la subida, teniendo que tirar de riñones, sobre todo la última rampa...duro, duro, duro...arriba llegué a 190 pulsaciones...teniendo que parar y descansar un instante. Tocaba bajar pero por poco tiempo ya que llegaba la subida de la "caja de cervezas", subida más larga pero menos dura, aunque tiene también su punto.
Tras visitar la Virgen del Pincho, fuimos fiel a su nombre y la bajada fue un total desastre, pinchamos las dos ruedas, teniendo pinchos clavados en ambas cubiertas, teniendo que pararnos cada dos por tres a inflar las ruedas, ya que era imposible quitar los pinchos de las cubiertas y cada vez que cambiabas la cámara volvías a pinchar, en fin, un auténtico infierno.
Para terminar la primera quincena, el día 14 esta vez con mi cuñado Luis y con la bicicleta de carretera fuimos a Puente Genil, volviendo por Los Arenales, haciendo 61 km en 2 horas 20 minutos, viviendo mi cuñado sensaciones encima de la bicicleta y que por culpa de la lesión de rodilla no ha podido cogerla, empezando poco a poco nuevamente a sentir el placer de montar en bici.
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