domingo, 10 de septiembre de 2006

Peña Cicloturista Montillana-Subida a Trevélez

Una auténtica locura, la Peña organizó la subida a Trevélez, empezando en el Suspiro del Moro y teminando en el pueblo más alto de España, a 1.455 m. de altitud, para realizar un total de 80 km. aproximadamente, para después degustar la comida alpujarreña y de vuelta nuevamente en autobús hacia Montilla.

Yo como me encontraba en Granada en casa de mi cuñado, me presenté en el lugar de salida en bicicleta, saliendo de Churriana de la Vega y unirme a la numerosa expedición de miembros de la Peña, así que todos en grupo fuimos haciendo camino, todos reagrupados, pasando por los bonitos pueblos granadinos de Padul, Marchena, Dúrcal, Lecrín, Beznar y Lanjarón, antes subiendo el Puerto de 3ª categoría, el cual ya iba minando las fuerzas y donde definitivamente se rompió el grupo, menos mal que en Lanjarón estaba el avituallamiento y un rato de descanso para ir mentalizándonos de lo que nos esperaba, 36 km. de subida con una pendiente media del 4 %.


andando en grupo


junto a Francis


El que suscribe


Polonio y yo al fondo
En Lanjarón estaba mi cuñado Manolo esperándome con su bicicleta de montaña, uniéndose a nosotros hasta Trevélez, en estos momentos no pensábamos lo que nos iba a pasar posteriormente y de la locura que íbamos a realizar.

Tras una bajada vertiginosa llegamos a Órgiva, punto donde empieza el Puerto, definitivamente el grupo iba roto, la subida en custión no tiene rampas excesivamente duras pero al ser una ascención continua hay que reservar fuerzas y que la mente no piense en otra cosas.

perfil de la subida

Los primeros 12 km. se iban llevando bien, llevaba un ritmo bueno, sin abusar del pedaleo, iba haciendo camino, quedándome solo durante bastantes kilómetros, así hasta la Ermita del Padre Eterno, que nos saluda con un descanso en la carretera de 3 km. de bajada aproximadamente y tras contemplar los amenazantes barrancos y el maravilloso paisaje alpujarreño afrontamos una de las zonas más duras de la ascensión, donde hay rampas al 9 %, las cuales las superé en compañía de Antonio Cabrera, zona que su belleza mitiga el sufrimiento, estamos pasando por Pampaneira, llegando a un mirador que si no tienes prisas es mejor  parar y contemplar la Alpujarra en todo su explendor y tras ésto, otra bajadita que me sentaba como Dios, para beber y comer un poco.














En este punto nos cogieron por detrás, Arturo, Rafa Ortiz, Gusi y el Arcas, momentos que respiré y di gracias al señor, me metí atrás y hasta Trevélez, estaba pasando por malos momentos y aguantaba lastimósamente el ritmo que estaba poniendo Arturo, pero Antonio cabrera, se fue para adelante y por lo que veía mis acompañantes tampoco iban muy finos ya que nadie intentó seguir la rueda de Antonio.





Arturo, Gusi, Arcas, Ortiz y yo


Rafa Ortiz y yo 
Poco duraría la poca alegría de mi pedaleo, al llegar a la localidad de Busquistas, donde cogemos la carretera de la izquierda los peores 6 km. que pasé del día, al 6 % de media, me dejaron sin aire, aguantaba a duras penas, pero el hambre y el saber que eran los últimos kilómetros, me aferré al manillar de mi BH y a base de riñones aguanté, llegando por fin a Trevélez, un pueblo precioso para dar un paseo y contemplar el paisaje, pero....¿ y Manolo ?...! No !...¿ qué tenemos que volver en bicicleta hasta Lanjarón Manolo y yo ?...no me lo podía creer eso no nos lo habíamos planteado bien, así que con un hambre que para que, cansados y con muy pocas ganas de dar pedales, Manolo y yo nos volvimos para atrás en bicicleta, si era poco lo que llevaba encima, esto fue la puntilla, llegué para morirme, la subida nuevamente a Lanjarón no la hice andando por vergüenza, no pude ni subir la bicicleta al coche, eso sí, otro vez que venga me quedo a comer y la bicicleta, si hace falta la regalo, de 80 km que iban a ser, al final hice 130 km.